Pronto hará un año que escribí un artículo hablando de la importancia de definir los objetivos de aprendizaje. En marzo hacía una continuación para ayudar a definirlos. Hoy hago una tercera entrada, a raíz de los comentarios que me han ido llegando de diferentes docentes, pidiéndome más concreción y ejemplos.
Los que me siguen en el blog saben que no soy experto de casi nada. Cuento la forma en que yo hago las cosas y cómo he llegado a ella, pero seguro que tiene carencias y es muy mejorable. Así que, como siempre, no os lo toméis como un dogma y comentad todo lo que creáis, que así nos enriquezcamos todos.
En la entrada de marzo, di por sabido un aspecto que a mí me parece clave. Y, como nos ocurre a menudo con los alumnos, dar por sabido algo suele dejar gente fuera.
En ese artículo explicaba la importancia de que los objetivos contengan los siguientes 4 aspectos:
Conocimientos / Habilidades / Actitudes / Finalidad (o contexto)
Con esto nos aseguraremos que nuestro objetivo es competencial. Pero, antes, debemos asegurarnos de que sea objetivo. Puede parecer trivial, pero la experiencia de estos meses me ha hecho ver que no lo es tanto.
Por tanto, primero hay que asegurarnos de que definimos un objetivo y, después, que es competencial.
¿Y cómo definimos un objetivo? Creo que esto vale en muchos ámbitos, no solo el educativo. Para definir un objetivo necesitamos responder a dos preguntas: ¿Qué? y ¿Cómo?
Sí, ya sé que no es muy original, pero por más simple que sea es necesario tenerlo claro. En el caso de objetivos de aprendizaje, ¿qué aprenderán los alumnos?, ¿cómo lo aprenderán? Cuidado con no confundir con qué harán los alumnos y cómo lo harán, que esto sería para pensar actividades.
Ahora sí, ¿ya tenemos todos los ingredientes? No, nos falta uno y creo que no es nada despreciable: los objetivos de aprendizaje deben ser comprensibles para los alumnos
Este punto es quizás lo que nos puede complicar más, ya que justamente nos obliga a formularlos de forma sencilla. ¿Hay algo más complicado que hacer las cosas sencillas?
Por tanto, deberíamos definir algunos objetivos de aprendizaje (¡pocos!) que guiaran a los alumnos en su proceso, al iniciar una situación de aprendizaje o un proyecto (¿un proyecto no es una SA? ¡Uy, eso ahora no toca!). Y, como dicen Mariana Morales y Juan Fernández en su libro La evaluación formativa, no vale proyectarlos o darlos para que los alumnos los vean. No, no, no.
Conocer los objetivos de aprendizaje no debe hacerse de una manera rutinaria, no basta con escribirlos. Hay que comprenderlos y concretarlos en las actividades que se van realizando y referirse a ellos con frecuencia
Juan Fernández y Mariana Morales en el libro La evaluación formativa
Estos objetivos deberían salir de las competencias específicas, de los criterios de evaluación y de los saberes que marca el currículum.
¿Recapitulamos?
A ver, recapitulemos. Debemos mirar las competencias específicas, los criterios de evaluación y los saberes para concretar unos pocos objetivos de aprendizaje que deben estar redactados de forma que respondan a la pregunta ¿qué deben aprender los alumnos?, a la pregunta ¿cómo lo deben aprender los alumnos?, y debemos asegurarnos de que estos objetivos contienen Conocimientos (más o menos explícitos), Habilidades (para qué) y Finalidad. ¡Ah! Y si puede que también contengan Actitudes, mejor que mejor. Y por último, que los alumnos los entiendan.
No parece tarea fácil. Quizás no, pero para mí es la clave que nos permitirá realizar un seguimiento del proceso de aprendizaje. Nos permitirá evaluar formativamente (nosotros, los propios alumnos y los compañeros), nos permitirá fomentar la metacognición con los alumnos y, finalmente, cuando sea necesario, nos permitirá calificar.
Hasta aquí, todo más o menos teórico y, por tanto, me he mojado poco. ¿Algún ejemplo Jaume para poder entender lo que propones? ¡Glups! Vamos. Pongo un par de ejemplos, que igual pueden ayudar a ver que, tal vez, todo sea mucho más sencillo de lo que podríamos pensar. La dificultad real la pongo después de los ejemplos. Para enfangarme ya del todo, pondré ejemplos de materias que no son de mi especialidad (así, si no gustan, tengo excusa 😅)
Ejemplo 1
Nos situamos en una SA donde queramos trabajar la competencia específica del área de Lengua Catalana:
CE 5: Producir textos escritos y multimodales, con adecuación, coherencia y cohesión, y aplicando estrategias elementales de planificación, redacción, revisión, corrección y edición, con regulación de los iguales y autorregulación progresivamente autónoma y atendiendo a las convenciones propias del género discursivo elegido, por construir conocimiento y dar respuesta de forma informada, eficaz y creativa a demandas comunicativas concretas.
Concretamos en 3º y 4º de Primaria y tenemos como referencia los siguientes criterios de evaluación:
5.1 Redactar textos escritos y multimodales, cercanos, vividos y escolares, de forma progresivamente autónoma, a través de la selección del modelo discursivo que mejor responda a la situación comunicativa, con adecuación, coherencia y cohesión, iniciándose en el uso de las normas gramaticales y ortográficas más sencillas.
5.2 Aplicar estrategias de planificación, redacción, revisión y edición de textos de forma progresivamente autónoma, con uso de andamios, en su caso, de forma individual o grupal.
Y para terminar, miramos y elegimos los siguientes saberes:
Producción de textos cercanos o vividos, de diversa tipología, dirigidos a diferentes destinatarios, con acompañamiento y una intención concreta.
Aplicación de estrategias elementales, individuales o grupales, de planificación, redacción, revisión y edición de textos escritos y multimodales cercanos a su experiencia personal, en distintos soportes, con diferentes propósitos y de forma acompañada.
¿Con todo esto podemos definir un objetivo (o más de uno) que los alumnos puedan entender y pueda ser útil para un proyecto o una situación de aprendizaje o por un trimestre?
Aquí una propuesta (que seguro que muy mejorable):
Escribir textos instructivos (una receta de cocina, las instrucciones de un juego…), planificándolos y revisándolos, para explicar los pasos a seguir en situaciones reales.
De hecho, según la duración de la situación de aprendizaje, igual no sería necesario poner textos instructivos y podríamos quedarnos al escribir recetas o escribir las instrucciones de un juego.
Vamos a ver si el objetivo cumple lo que decíamos.
- ¿Qué deben aprender los alumnos? A redactar textos instructivos
- ¿Cómo deben hacerlo? Planificándolos y revisándolos.
- ¿Hay contenidos? Sí, las características de los textos instructivos.
- ¿Hay habilidades? También, escribir, planificar y revisar.
- ¿Hay actitudes? Ups, en este no. Tampoco pasa nada.
- ¿Es comprensible por alumnos de 3º o 4º de primaria? Yo creo que sí.
Sirve para que entiendan por qué miramos modelos, por qué estudiamos las características de los textos instructivos, por qué escribimos recetas y las revisamos, etc. Nos permitirá crear criterios de evaluación e instrumentos de evaluación (quizás una lista de verificación).
¿Ha sido muy complicado? Creo que no.
Después vendrá el proceso de crear actividades, que es otro proceso y, por tanto, no entro.
Ejemplo 2
Vamos ahora a Ciencias Social de secundaria.
CE1: Buscar y tratar información que permita interpretar el presente y el pasado, aplicando los procedimientos de la investigación histórica y geográfica a partir del análisis crítico de datos procedentes de fuentes analógicas y digitales, para transformarlo en conocimiento y comunicarlo a través de distintos formatos.
Con el criterio:
CE 1.3: Elaborar y comunicar los conocimientos adquiridos mediante recursos expresivos que incorporen diferentes lenguajes y formatos, utilizando las posibilidades que ofrecen los entornos y recursos digitales.
I con el saber:
Identificación del legado cultural del mundo clásico, del judeocristiano y de la civilización islámica y valoración de sus aportaciones a Europa.
¿Qué objetivo podemos proponer?
Relacionar de forma crítica la organización social actual con la del mundo clásico, a partir de búsquedas y tratamiento de información, elaborando diversas representaciones en grupos cooperativos, para comprender el legado que tenemos.
Vamos a ver si el objetivo cumple lo que decíamos.
- ¿Qué deben aprender los alumnos? A relacionar organizaciones sociales (comparar, analizar…)
- ¿Cómo deben hacerlo? Elaborando diversas representaciones, a través de búsquedas y tratamiento de información, de forma cooperativa.
- ¿Hay contenidos? Sí, la organización social actual, la del mundo clásico, tipos de representaciones…
- ¿Hay habilidades? También, relacionar y elaborar.
- ¿Hay actitudes? Ahora sí, de forma crítica.
- ¿Es comprensible por alumnos de la ESO? Yo creo que sí.
El objetivo, a pesar de ser más o menos sencillo, comprende solo unas partes de la competencia, criterio y saber elegidos. También comprende otras competencias. Querer tener pocos objetivos también hará que cada uno pueda abrazar varios aspectos.
Seguro que podríamos encontrar otros objetivos con las mismas competencias. Recordad que las competencias son para el fin de la etapa.
Al igual que antes, habrá que definir actividades, pero esto ya sería otro proceso, que seguro nos haría replantear este objetivo.
La dificultad
Como decía antes, dejo la mayor dificultad en mi opinión para el final. Y no es más que el trabajo en equipo de los docentes.
No es suficiente definir buenos objetivos. Es necesario que, si miramos todos los objetivos que hemos trabajado en toda la etapa, no nos hayan quedado agujeros. Los decretos de currículum son de mínimos, por tanto, no deberíamos dejar de trabajar ninguna competencia ni ningún criterio de evaluación.
Y, esta tarea, solo puede realizarse con la coordinación de todos los docentes.
Excelente
«Ahora sí, ¿ya tenemos todos los ingredientes? No, nos falta uno y creo que no es nada despreciable: los objetivos de aprendizaje deben ser comprensibles para los alumnos», este párrafo de tu magnífica entrada, Jaume, es para mi fundamental.
Este curso soy tutor de 3º y 4º de primaria y estoy intentando generar la rutina de mostrarle todos los días los objetivos que queremos conseguir día a día, sesión a sesión, y por supuesto, tengo que redactarlos de forma tan sencilla como soy capaz para que ellos lo comprendan y, sobre todo, al acabar la sesión tengan la autoconciencia de si lo han conseguido o no, y en qué medida.
Esto me está encantando, porque también me ayuda mucho a mi. Por lo tanto , los docentes también salimos beneficiados al autoevaluarnos día a día.
Nadie dijo que esto fuera fácil.
Gracias.
Genial, Toni, ¡gracias por compartirlo!