Hay algo que no me cuadra nada y que es muy común entre el profesorado: el modo de calcular las calificaciones finales (de trimestre, de proyecto o de curso). Supongamos que programamos de manera competencial. A partir de unas competencias, fijamos unos objetivos (de curso, de trimestre, de unidad o de proyecto). Para conseguir estos objetivos, diseñamos actividades que los alumnos deberán realizar. Algunas más guiadas, otras más abiertas (dentro de los objetivos a lograr). En el aula, realizamos acciones para que los alumnos conozcan los objetivos y se les hagan suyos. Mientras desarrollan las actividades, hacemos evaluación formativa: damos criterios claros para evaluar (autoevaluar, coevaluar y heteroavaluar), damos feedback… A partir de este feedback los alumnos mejoran las tareas. Además, van revisando periódicamente los objetivos marcados inicialmente para ver si se acercan y tomar decisiones al respecto.
Sigue leyendo «Calificar actividades vs calificar objetivos»