Hablemos de competencias y saberes

Català (Catalán)

Una de las cosas que más me ha sorprendido en estos últimos cursos cuando he conversado con docentes, normalmente en formaciones en claustros, ha sido la diversidad del concepto competencia.

Desde septiembre de 2022 la LOMLOE está en vigor y tiene como objetivo fundamental de la educación básica la consecución de las competencias.

Parece claro que, si es el objetivo fundamental, todos deberíamos entender más o menos lo mismo por competencia. En los decretos autonómicos se detallan cuáles son las competencias específicas de cada materia y las competencias clave que debe alcanzar el alumnado, pero no definen específicamente competencia. La propia LOMLOE tampoco las define y los Reales decretos no van más allá de equiparar competencia con el «desempeño».

Como sabéis los que seguís este blog, no soy experto en nada. Y, por tanto, lo que voy a exponer es solo mi punto de vista, más o menos fundamentado. Estaré encantado de leer vuestros comentarios si deseáis realizar aportaciones o matices o, directamente, para discrepar.

En las formaciones, acostumbro a empezar con una actividad muy sencilla. Cuento una actividad que podríamos encargar a los alumnos y les pido a los asistentes que se posicionen y digan si es una actividad muy competencial o poco competencial.

El resultado suele ser como el del siguiente ejemplo real:

No quiero entrar ahora en la disyuntiva de si pedir escribir una redacción a los alumnos es poco competencial o mucho. Me interesa la diversidad de opciones. Gente de un mismo claustro que casi considera muy competencial la actividad y gente que la considera poco competencial. Cuando los docentes contestan no pueden ver lo que han dicho los compañeros, así que ya es curioso que prácticamente ocupen todas las posiciones posibles.

Y, como decía, no es un hecho aislado de ese grupo y esta actividad propuesta. Me ocurre en la mayoría de los grupos.

Competencia

¿Nos ponemos de acuerdo? A mí me gusta tomar la definición que utilizó el Consejo de Europa en el anexo de su recomendación relativa a las competencias clave para el aprendizaje permanente, del 22 de mayo de 2018. Corta, sencilla y fácil de entender:

Se definen las competencias como una combinación de conocimientos, capacidades y actitudes, en les que:

  • los conocimientos se componen de hechos y cifras, conceptos, ideas y teorías que ya están establecidos y apoyan la comprensión de un área o tema concretos;
  • las capacidades se definen como la habilidad para realizar procesos y utilizar los conocimientos existentes para obtener resultados;
  • las actitudes describen la mentalidad y la disposición para actuar o reaccionar ante las ideas, las personas o las situaciones”.

Por tanto, debería ser sencillo poder determinar qué actividades u objetivos son competenciales. Si el alumno debe combinar conocimientos, capacidades y actitudes, es competencial.

Y siempre remarco aquí los conocimientos, que parece que a veces los escondamos. Sin conocimientos para combinar, no hay competencia.

Saberes

Curiosamente, los Reales decretos sí definen a los Saberes. Lo hacen de la siguiente manera:

“Saberes básicos: conocimientos, destrezas y actitudes que constituyen los contenidos propios de una materia o ámbito cuyo aprendizaje es necesario para la adquisición de las competencias específicas”.

¿Vuelven a ser conocimientos, destrezas y actitudes? ¿Eso no era una competencia? La clave está en que aquí no hay combinación. Un conocimiento concreto, definido como hacía el Consejo de Europa (hechos y cifras, conceptos, ideas y teorías), aislado, es un saber. Igualmente con destreza sola (habilidad para realizar procesos), también es un saber.

Lo que todo lo transforma en competencial es la combinación. De hecho, cogiendo los dos textos igual podríamos decir que:

“Una competencia es el uso combinado de saberes”

¡Cuidado! Es una definición que deduzco yo uniendo las anteriores, no hagáis demasiado caso.

¿Conocimientos vs competencias?

A partir de aquí creo que todo es más fácil y nos podemos entender personas que pensamos diferente. No se trata de rebajar conocimientos, sino de ir más a fondo. No es suficiente con memorizar o comprender un conocimiento. Es necesario profundizar lo suficiente para poder combinarlos con habilidades y actitudes. Lejos de desprestigiar los conocimientos, los valoramos para conseguir un aprendizaje más profundo.

Visto así, la discusión no debería ser más o menos conocimientos, sino cuáles son en los que debemos profundizar. Si no solo hace falta memorizar y comprender, sino que, además, hay que combinarlo con habilidades y actitudes, necesitaremos más tiempo. Y tenemos el tiempo que tenemos. Por tanto, tendremos que seleccionar a qué dedicamos ese tiempo. Es lo de hacer menos, pero mejor.

Actividades competenciales

He dedicado algunos artículos a hablar de objetivos competenciales, en la línea de este artículo. Hoy he querido centrarme un poco más en las actividades. Nos tenemos que asegurar que nuestros objetivos son competenciales, huyendo de aquellos objetivos que se quedan en el Conocer…, Saber…

Cuando preparamos actividades, hay asegurarse que las diseñamos competenciales, donde podremos hacer evaluación formativa para que los alumnos vayan tomando conciencia de su aprendizaje, detecten mejoras y aspectos que todavía tienen que trabajar. Y detectar si lo son o no, puede ser más claro teniendo en cuenta esta combinación.

Ahora que no me escucha nadie, ¿no es competencial que los alumnos redacten un texto? Yo creo que sí. Es una combinación de saberes: vocabulario, sintaxis, estructura de un texto, estilo de escritura…

Creo que es cierto que algunas actividades no serán competenciales, puesto que algunos saberes puede ser mejor trabajarlos individualmente. Si son puntuales y con un propósito claro, no le veo problema. Si además están bien contextualizadas, mejor que mejor.

Pero nuestra evaluación (¡formativa, claro!) y calificación deberían estar centradas en las competenciales, que nos apuntan hacia los objetivos de aprendizaje.

Conclusión

No sé si estaréis de acuerdo o no con esta definición de competencia (combinación de saberes) y de saberes (conocimientos, destrezas y actitudes), pero a mí me han ayudado mucho a centrar el aprendizaje competencial. No son definiciones perfectas, y seguro que habrá algunas actividades que sí, pero no. Pero tener un marco de referencia siempre me ha sido útil.

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